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Regulacion Alimenticia

Aprueban Proyecto de Diputado Rossi sobre Obesidad

Considerando que la obesidad es hoy el principal problema nutricional en niños y constituye una enfermedad crónica, de muy difícil manejo que genera trastornos metabólicos como hipercolesterolemia y resistencia insulínica, determinando a futuro un mayor riesgo de diabetes tipo 2, de hipertensión arterial, de arteriosclerosis y de muerte prematura por enfermedades cardiovasculares, la Cámara Baja aprobó un proyecto de acuerdo presentado por el diputado Fulvio Rossi que apunta a aplicar una política pública de prevención de la obesidad especialmente en las áreas de salud y educación.
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Para profundizar:
http://www.atinachile.cl/content/view/13812/Aprueban_Proyecto_de_Diputado_Rossi_sobre_Obesidad.html

Regulación central de la ingestión alimentaria y el gasto energético...

La condición de sobrepeso y obesidad representa una preocupación significativa de la sanidad pública, ya que se asocia a varias enfermedades crónicas degenerativas. En los últimos diez años, desde que se descubrió la hormona leptina, se han conseguido avances considerables en la caracterización de los mecanismos hipotalámicos del control de la ingestión alimentaria y de la termogénesis. Desarrollo. Esta revisión muestra los avances más recientes en esta área, fijándose especialmente en la acción de la leptina y de la insulina en el hipotálamo e investigando la hipótesis de que la resistencia a la acción de estas hormonas puede desempeñar un papel clave en el desarrollo de la obesidad.

Para profundizar:
http://www.neurologia.com/sec/resumen.php?or=web&i=e&id=2006612#

Regulación fisiológica de la conducta alimentaria

La obesidad ha alcanzado cifras epidémicas a nivel mundial y es considerada un factor de riesgo importante de las principales causas de morbilidad y mortalidad. Por esta razón, la investigación acerca de la regulación fisiológica de la ingestión de alimentos (conducta alimentaria) se ha desarrollado extraordinariamente en los últimos años. El control del hambre y de la saciedad tiene repercusiones sobre el cuerpo humano a largo plazo, debido a que el peso corporal depende de la cantidad, calidad y frecuencia de los alimentos ingeridos, así como del gasto energético. Esta regulación tiene influencias genéticas, neuroendocrinas y ambientales. La integración de las señales neuroendocrinas que controlan la conducta alimentaria se realiza en el sistema nervioso central, en el hipotálamo. Últimamente se han descubierto numerosas sustancias (neurotransmisores, neuropéptidos, receptores, proteínas reguladoras y hormonas) entre las cuales el neuropéptido Y, la serotonina, la leptina, la hormona estimulante de melanocitos y las proteínas desacopladoras han adquirido roles centrales. Los avances en genética y neuroquímica nos permiten entender mejor la regulación fisiológica de la conducta alimentaria y, por lo tanto, prevenir la obesidad, detener sus complicaciones y, en un futuro, utilizar nuevos agentes farmacológicos o conductas saludables en el tratamiento de una pandemia extraordinariamente grave.

 Para profundizar:
http://www.nietoeditores.com.mx/articulos.php?id_sec=6&id_art=45

AUTORES DEL BLOG

AUTORES DEL BLOG

Universidad Central de Chile
Sede La Reina 
Facultad de Ciencias Sociales
Escuela de Psicología
Cátedra de Neurofisiología



Alumnos de Profesora Fernanda Cerda:

-          Mauricio Véliz
-          Maria José Lema

BIBLIOGRAFÍA

BIBLIOGRAFÍA

- Arteaga A. (1997). “Etiopatogenia de la obesidad”. Departamento de Nutrición, Diabetes y Metabolismo. Ed. Pontificia Universidad Católica. Chile.

- Cummings  D. y Schwartz M. (2003). "Genética y Fisiopatología de la Obesidad Humana”, The Annual Review of Medicine. U.S.A.

- Gonzáles M., Ambrosio K. y Sánchez S. (2006): “Regulación neuroendocrina del hambre, la saciedad y el mantenimiento del balance energético”. Guadalajara, México. 

- Molina, F. y Puerto, A. (1990): Bases biológicas de la motivación. En Palafox, S. y -Vila, J.: Motivación y emoción., Alhambra Universidad, Madrid.

- Salvador C. (1990) “Los Transtornos del Peso” Ediciones Rialp.

- Sánchez A. (1999-2000).Sacia tu hambre en forma nutritiva). Medicina General y Medicina Estética. México.

CONCLUSIONES

CONCLUSIONES

Las teorías propuestas para explicar la regulación de las sensaciones de hambre y saciedad, basaron sus postulados en los efectos de una sola molécula a la que consideraron con un papel central, como es el caso de la glucosa o de la insulina. Así mismo, cambios inducidos por un proceso metabólico crucial en la producción o utilización de energía en el organismo, como la liberación de calor, también se señalaron como factores importantes.
En la última década, los postulados teóricos sobre la regulación de hambre y saciedad se ampliaron y modificaron. Hallazgos tales como la identificación de la estructura del gen de la leptina y la función de la proteína como una señal de adiposidad, fueron relevantes, ya que atrajeron la atención de prestigiados grupos de investigadores a nivel mundial, quienes interesados en conocer las bases moleculares de la obesidad, generaron importantes conocimientos sobre la existencia de nuevas moléculas señal, descritas en la presente pagina web.
Aunque los resultados acerca de los mecanismos que regulan hambre y saciedad se han obtenido en gran medida con estudios en modelos animales, que no siempre pueden ser extrapolados a los seres humanos; la evidencia experimental generada soporta la existencia de un sistema neuroendocrino complejo, compuesto de múltiples factores y señales redundantes. Este sistema es capaz de mantener la homeostasis energética en los organismos superiores, mediante la regulación de las sensaciones de hambre y saciedad.
El conocimiento del sistema de regulación de la alimentación nos permite vislumbrar la complejidad de su naturaleza y a considerar que el origen de las patologías asociadas a las alteraciones de la alimentación, como obesidad y anorexia, sea más bien por desequilibrios neurológicos, que por desarreglos metabólicos.

ALGUNOS TRASTORNOS ALIMENTICIOS

ALGUNOS TRASTORNOS ALIMENTICIOS

- ANOREXIA: La anorexia nerviosa se caracteriza por un deseo intenso en pesar menos, cada vez menos; intenso miedo a la gordura-obesidad y un peculiar trastorno del esquema corporal, que les hace verse más gruesas de lo que en realidad están. El método para conseguir esta progresiva pérdida de peso está en una intensa restricción alimentaria, en el ejercicio físico y en las conductas de evacuación.
Tipos de anorexia nerviosa:
- Tipo restrictivo: Durante el episodio de anorexia nerviosa el individuo no recurre regularmente a los atracones o las purgas (Vómitos, laxantes, diuréticos o enemas).
- Tipo purgativo: Durante el episodio de anorexia nerviosa el individuo recurre regularmente a los atracones y las purgas (Vómitos, laxantes, diuréticos o enemas).

- BULIMIA NERVIOSA: Un cuadro caracterizado por episodios de ingesta voraz y conductas de purga que considera vinculado a la anorexia nerviosa, algunas pacientes anoréxicas evolucionarían en su trastorno, iniciándose en las conductas de ingesta voraz y de purga; sería una forma de evolución de la anorexia, tal y como la define Rusell. Ello supone un continuo entre ambas formas clínicas, ya que incluso en aquellas pacientes que no tienen antecedentes clínicos de anorexia nerviosa, Rusell considera suficientes los síntomas subclínicos para justificar el “continuo”. 
Tipos:
- Tipo purgativo: se caracteriza porque tras el “atracón” la persona se provoca el vómito o abusa de laxantes, diuréticos o enemas.
- Tipo restrictivo: se caracteriza porque tras el “atracón” la persona realiza un ejercicio físico intenso o deja de comer por un tiempo.

- OBESIDAD: La obesidad no se considera un trastorno psiquiátrico. Se trataría de un cuadro médico que podría comportar una serie de riesgos para la salud, a partir de un determinado nivel de peso por encima del considerado como "peso ideal". Numerosos estudios coinciden en que habría riesgo para la salud, cuando el peso supera en un 30% el peso que corresponde por la edad y la talla (Saldaña y Rossell, 1987).

REGULACIÓN A LARGO PLAZO DEL BALANCE ENERGÉTICO

REGULACIÓN A LARGO PLAZO DEL BALANCE ENERGÉTICO

El balance energético se mantiene por mecanismos que controlan tanto el consumo como el gasto energético. Gracias a esto el peso corporal se mantiene constante por periodos largos (meses o años). Esto ocurre a pesar de la existencia de situaciones fisiológicas o patológicas que favorezcan la ganancia o pérdida transitoria de peso. Las señales moleculares participantes en los mecanismos de control de la homeostasis energética se han clasificado en orexígenas y anorexígenas.

Sistema anabólico
Neuropéptidos orexígenos:
Neuropéptido Y (NPY): Es un péptido que se sintetiza en el núcleo arqueado del hipotálamo (NAr). La función biológica del NPY en la regulación del peso corporal requiere de la unión a sus receptores Y1 y Y5. Sus efectos consisten en incrementar la ingesta de alimentos (especialmente de carbohidratos), disminuir la termogénesis y estimular la síntesis de enzimas lipogénicas en el hígado y el tejido adiposo. Cuando se administra NPY en el SNC se observa un estado de balance energético positivo.La pérdida de peso, la restricción alimenticia, la lactación, el ejercicio excesivo, la inanición, la diabetes descompensada, la insulina y los GC aumentan la tasa de transcripción y la síntesis de NPY en el NAr, NPV y núcleo dorsomedial (NDM) del hipotálamo, mientras que la leptina y los estrógenos tienen el efecto opuesto. La leptina inhibe la transmisión sináptica en las neuronas que contienen NPY y disminuye la respuesta de neuronas glucosensibles del NAr y del NVM. Durante la debilidad, cuando los niveles de leptina son muy bajos se estimula la secreción de NPY con la finalidad de favorecer la ingesta alimenticia y disminuir el gasto energético al inhibir al sistema nervioso simpático.

Proteína Agouti (AgRP): Es la molécula señal de mayor potencia orexigénica, se sintetiza principalmente en el NAr. Disminuye la termogénesis en el tejido graso pardo y condiciona una ganancia de peso. La secreción de AgRP se eleva durante el ayuno y cuando las concentraciones de leptina son bajas. La AgRp inhibe la acción supresora del apetito de la leptina, lo cual aumenta la ingesta alimenticia por periodos de hasta una semana.

Galanina: Es un neuropéptido, con potente efecto orexígeno que aumenta la ingesta de lípidos preferencialmente. El consumo de una dieta rica en grasas incrementa la producción de galanina en la región parvocelular anterior del NPV. La galanina estimula la secreción de hormona liberadora de corticotropina (CRH), anorexígena, y de NPY (potente orexígeno) en células del NPV. Aunque estos efectos parecen contradictorios, la galanina actúa como un integrador de la conducta alimenticia ya que equilibra las acciones de dos sistemas opuestos.

Orexinas A y B (hipocretinas1y 2): Las orexina A (OXA) y B (OXB) son péptidos. Las orexinas ejercen sus acciones en receptores localizados en el nervio vago, neuronas aferentes espinales primarias, neuronas entéricas y células endocrinas de intestino y páncreas. Por lo tanto, las orexinas se pueden comportar como hormonas endocrinas, paracrinas o incluso autocrinas. Las orexinas estimulan el hambre y la secreción de glucagón pancreático y disminuyen la secreción de insulina dependiente de glucosa. La secreción de orexinas se aumenta tanto con el ayuno como en presencia de hipoglucemia, lo cual hace suponer que las neuronas que las producen pertenecen a una población de células glucosensibles.

Ghrelina: La ghrelina se produce principalmente en el estómago se sintetiza como una preprohormona. Es la única hormona que tiene un residuo de serina asilado, característica fundamental para su actividad biológica. La ghrelina es un péptido altamente conservado, localizado en el hipotálamo (NPV y NAr) y en la hipófisis, aunque también se encuentra en corazón, pulmón, páncreas, intestino y tejido adiposo, lo cual sugiere que la ghrelina puede tener efectos cardiovasculares y endocrinos. La secreción de ghrelina se activa por ayuno, la realimentación, la ingesta de carbohidratos y en personas delgadas. Por el contrario se inhibe por la presencia de nutrimentos en el estómago y en personas obesas. Los efectos de la ghrelina son estimular la ingesta alimenticia, elevar el peso corporal, disminuir la utilización de grasa; incrementar la expresión de NPY y AgRP en el NAr; aumentar el cociente respiratorio; disminuir la actividad del sistema nervioso simpático; bloquear la disminución de la ingesta alimenticia mediada por leptina y estimular la secreción de hormona del crecimiento (GH) en la hipófisis.

Hormona concentradora de melanina (MCH): Es un péptido con efecto orexígeno, se sintetiza en la zona incerta y lateral del hipotálamo. Durante el ayuno se incrementa la expresión del ARNm de MCH.

Sistema catabólico
a) Hormonas: Leptina: Es una proteína que se sintetiza principalmente en los adipocitos, además se ha identificado en la placenta, el epitelio gástrico, el cerebro, etc. La secreción de leptina se estimula por GC y estrógenos, la infección aguda y las citocinas proinflamatorias, factor de necrosis tumoral alfa (TNFα) y la interleucina. Por el contrario, la secreción de leptina disminuye con el frío, la estimulación adrenérgica, los andrógenos y la melatonina. Las concentraciones de leptina son mayores en mujeres que en hombres, probablemente debido al tipo de hormonas y a la distribución de grasa característica de cada género. La leptina se considera el principal regulador a largo plazo de la conducta alimenticia y del peso corporal. Los niveles circulantes de leptina tienen relación directa con los depósitos de grasa corporal y son reflejo del balance energético. Hay más leptina circulante conforme exista más grasa almacenada y viceversa. La leptina penetra en el SNC atravesando la barrera hematoencefálica mediante un mecanismo de transporte saturable. Se une a sus receptores presentes en las células endoteliales de los capilares cerebrales, llegando a alcanzar concentraciones en el líquido cefalorraquídeo (LCR) similares a sus valores plasmáticos. Los efectos principales de la leptina son inhibición de la ingesta alimenticia e incremento del gasto energético.Se considera que la leptina tiene un papel más importante que la insulina en la regulación de la homeostasis energética, puesto que la deficiencia de leptina y mutaciones en sus receptores causan obesidad severa con hiperfagia que persiste aún con elevados niveles de insulina. Por el contrario, la deficiencia de insulina no induce obesidad. Se ha descrito un estado de resistencia a la leptina en pacientes obesos, quienes presentan hiperleptinemia, probablemente originada por deficiencia de la proteína transportadora en la barrera hematoencefálica o por defecto en la señalización intracelular de la leptina. Insulina: Es una hormona peptídica secretada por las células beta del páncreas, tiene un papel fundamental en la regulación del metabolismo. Al igual que leptina, los niveles circulantes de insulina están en relación directa con la cantidad de tejido adiposo, por esta razón, leptina e insulina se consideran señales de adiposidad. La insulina ayuda a la formación de tejido graso y aumenta la producción de leptina, tiene efecto anorexígeno al disminuir la expresión de NPY en el NAr; efecto similar al de leptina. La insulina activa la termogénesis al estimular la actividad del SNS. Así mismo, estimula la actividad de señales de saciedad con efectos catabólicos, por lo que constituye una conexión entre la regulación del apetito y del metabolismo energético a largo plazo. Péptido PYY : Es el péptido de la saciedad que se libera en el tracto gastrointestinal en cantidad proporcional al contenido calórico de los alimentos, actúa como señal periférica de la vía de señalización intestino-hipotálamo, sus efectos fisiológicos en el humano son suprimir el apetito, inhibir la ingesta alimenticia y reducir la ganancia de peso

b) Neuropéptidos anorexígenos: Sistema de melanocortinas: Son mediadores de la termogénesis en el SNS, por lo cual inducen la pérdida de peso. MCR se expresa exclusivamente en el sistema neuroendocrino y es activo en las regiones que regulan la ingesta alimenticia como el NPV, hipotálamo dorso medial y el área  hipotalámica lateral. Trascrito regulado por cocaína y anfetaminas (CART): El péptido CART ejerce acciones catabólicas, disminuye la ingesta alimenticia al inhibir la respuesta orexigénica inducida por el NPY. Hormona estimuladora de la corticotropina (CRH) y Urocortina: Ambas hormonas tienen efectos anorexígenos y termogénicos. Cuando se administra en los ventrículos cerebrales, la CRH reduce la expresión de NPY y la ingesta de alimentos ocasionada por éste. La leptina reduce la expresión de CRH en el NPV. Péptido liberador de prolactina (PrRP): El PrRP se localiza principalmente en el bulbo raquídeo y en el hipotálamo. El PrRP tiene múltiples efectos entre los que destacan el aumento de la secreción de prolactina, gonadotropinas, ACTH y oxitocina. La inyección de PrRP en los ventrículos cerebrales disminuye la ingesta alimenticia al activar varios péptidos anorexígenos como α-MSH y neurotensina. Por otro lado, PrRP inhibe la liberación de CART. Citocinas: La IL-6 y el TNFα inhiben el apetito y modifican la sensibilidad de los tejidos a la insulina y/o la leptina. Estas dos citosinas se consideran señales de saciedad. Los efectos biológicos del TNFα incluyen anorexia y una severa acción catabólica en el tejido adiposo, lo que disminuye la adiposidad y conduce a la pérdida de peso corporal.

REGULACIÓN A CORTO PLAZO DE HAMBRE Y SACIEDAD

REGULACIÓN A CORTO PLAZO DE HAMBRE Y SACIEDAD

Sistema anabólico: Aproximadamente 10 a 15 minutos previos al inicio de cada alimento, participan múltiples factores que inducen la ingesta alimenticia, como son: 

a) Factores neurosensoriales: El inicio de la alimentación implica la existencia de circuitos de comunicación neuronal entre el hipotálamo, el tálamo, la amígdala, el hipocampo y varias áreas de la corteza cerebral que proyectan aferencias sobre neuronas productoras de señales moleculares centrales que integran la conducta alimenticia. La tarea de cada uno de estos seria: Receptores externos: Son receptores sensitivos que permiten la comunicación con el medio ambiente externo, son determinantes en la elección y consumo de alimentos. Participan tanto para estimular como para inhibir la ingesta de alimentos. Visión: El aspecto y color de los alimentos induce a un individuo a consumir lo sano. Olfato: Es esencial para la conducta alimenticia, sirve para localizar la comida, valorar la palatabilidad, el estado de conservación, la presencia de toxinas y elementos extraños. Gusto: Es el factor de mayor influencia sobre la conducta alimenticia. En general se prefieren los alimentos dulces, salados y agrios sobre los amargos, ya que se asocia con sustancias tóxicas como los alcaloides.  

b) Factores gastrointestinales: El factor gastrointestinal más importante que genera la sensación de hambre es la contracción rítmica gástrica. 

c) Factores metabólicos: Nivel de glucemia: Existe un descenso de la glucemia del 12% (10-15 mg/dL) momentos previos al inicio de la sensación de hambre, al parecer ocasionado por incremento de la insulina plasmática, mediada por el nervio vago y en respuesta a una señal central originada en las células glucosensibles del hipotálamo lateral y del núcleo ventromedial, que al detectar el descenso de la glucemia inician descargas con mayor frecuencia. Índice metabólico: Previo al inicio de la alimentación espontánea existe una disminución en la oxidación de carbohidratos detectada por las células glucosensibles hipotalámicas, que inducen la ingesta alimenticia y aumentan la oxidación de los carbohidratos.  

d) Señales moleculares periféricas: Ghrelina: Es un péptido producido predominante-mente en el estómago que estimula el apetito a corto y largo plazo. Hormonas tiroideas (HT): Estimulan el metabolismo basal originando un balance energético negativo, asociado a la pérdida de grasa corporal y a la reducción de los niveles circulantes de leptina e insulina. Glucocorticoides (GC): Son hormonas que incrementan la ingesta de alimentos. Tienen efecto antagónico a la insulina y leptina sobre los péptidos anorexígenos hipotalámicos. Los GC tienen acción anabólica en el SNC y catabólica en órganos y tejidos periféricos.

e) Señales moleculares centrales: Neurotransmisores Serotonina: también conocida como 5-hidroxitriptamina (5-HT). Se produce en los núcleos caudales del tallo cerebral y tiene efectos anorexígenos en especial para alimentos ricos en carbohidratos. Noradrenalina (NA): Se sintetiza en el tallo cerebral en las neuronas del complejo dorsal del vago (CDV) y del locus coeruleos (LC). La NA tiene acciones anabólicas actuando sobre los receptores α2 adrenérgicos contenidos en el NPV, que estimulan el apetito con preferencia hacia los carbohidratos. Por el contrario, la activación de los receptores α1 y β suprimen el apetito y favorecen la actividad catabólica. Endocanabinoides: El organismo humano produce los endocanabinoides anandamida y 2-araquidonoil glicerol, que son análogos del tetrahidrocanabinol presente en la marihuana. Los endocanabinoides se localizan en el hipotálamo e inducen el hambre actuando en su propio sistema de receptores (CB1). 

Sistema catabólico: El tamaño de la porción de alimento ingerida en cada tiempo de comida y la fase de término de la alimentación están controladas a corto plazo por las señales de llenado y saciedad y a largo plazo por la leptina que a su vez depende de los depósitos corporales de grasa. Cuando el SNC recibe señales de aumento en la reserva grasa (adiposidad), la señal de saciedad de colecistocinina se vuelve más efectiva para producir el término de la alimentación y disminuir la ingesta de alimentos, lo contrario sucede cuando el cerebro recibe señales de disminución de la adiposidad. 

a) Factores gastrointestinales postabsortivos: Limita el tamaño de la porción durante cada tiempo de comida. La distensión de las paredes gastrointestinales es la señal intrínseca más importante para la terminación de la ingesta. Receptores mecánicos: Cuando el bolo alimenticio ingresa al estómago y al intestino delgado, se activan los receptores de estiramiento o distensión lo cual genera un potencial de acción en el receptor que luego se transmite a través del nervio vago hacia el núcleo del tracto solitario (NTS), que a su vez hace relevos hacia el núcleo ventromedial(NVM) para generar la respuesta de saciedad. Receptores químicos: Están presentes en el tracto gastrointestinal (TGI), responden a sustancias químicas que contactan la mucosa. Concentración de nutrimentos: Las proteínas son los nutrimentos con mayor efecto de saciedad. Además, los aminoácidos regulan la ingesta alimenticia mediante una acción directa en el SNC o a través de receptores localizados en el hígado y en la vena porta.  

b) Factores metabólicosÍndice metabólico: El incremento en la utilización de la glucosa es una señal de terminación de la alimentación. Concentración de metabolitos: La oleiletanolamida (OEA), un análogo natural delendocanabinoide ananda-mida, produce una señal periférica potente y persistente para disminuir la ingesta de alimentos. La OEA suprime el apetito y reduce la actividad motora. 

c) Señales moleculares periféricas: Al conjunto de moléculas señal que se producen en el TGI se les ha denominado colectivamente señales periféricas de saciedad. Muchas de estas moléculas y sus receptores también se secretan en las áreas hipotalámicas que regulan la conducta alimenticia. Colecistocinina (CCK): Es el péptido inductor de saciedad mejor estudiado. Se secreta por las células “I” de la mucosa del duodeno y del yeyuno en respuesta a la presencia de grasas y carbohidratos parcialmente digeridos provenientes del estómago. Produce contracción de la vesícula biliar, liberación de enzimas pancreáticas, inhibición moderada de la motilidad y vaciamiento gástrico, disminuyendo el tamaño de la porción alimenticia e induciendo la saciedad. Además se une directamente a las aferencias gástricas del nervio vago y a receptores localizados en el área postrema adyacente al NTS en la base del cuarto ventrículo, que producen un efecto similar. Enterostatina: inhibición selectiva de la ingesta de grasas y disminución del peso corporal cuando se administra crónicamente en animales. Péptidos similares al glucagón (GLP): inhibir el vaciamiento gástrico en seres humanos y estimular la saciedad; inhibir la ingesta alimenticia actuando a través de sus receptores localizados en los nervios aferentes del hígado y del TGI y centralmente en el núcleo para ventricular (NPV) del hipotálamo de manera independiente a la leptina; estimula la secreción de la insulina e inhibe la secreción de glucagón pancreático, reduciendo la gluconeogénesis hepática. Amilina: Suprime la ingesta alimenticia y tiene un efecto sinérgico con la CCK para inducir la saciedad. El mecanismo de regulación de la saciedad mediado por amilina parece ser central, ya que la vagotomía hepática y subdiafragmática no modifican el efecto anoréxico de la amilina. Péptido liberador de gastrina (GRP): Es un péptido producido por células endocrinas en la mucosa gástrica. Es un péptido homólogo de la bombesina producida por glándulas localizadas en la piel de los anfibios. El GRP en humanos aumenta la liberación de gastrina y disminuye el vaciamiento gástrico. A nivel central disminuye el apetito y la ingesta.

CARACTERÍSTICAS DEL SISTEMA DE REGULACIÓN DE HAMBRE Y SACIEDAD

CARACTERÍSTICAS DEL SISTEMA DE REGULACIÓN DE HAMBRE Y SACIEDAD

El humano es un organismo heterótrofo, que obtiene sus alimentos del medio ambiente, por lo que requiere de un sistema muy bien organizado que regule la ingestión de alimentos, el mantenimiento del balance energético y la conservación del peso corporal. Cuando este sistema falla, se presentan patologías como son la desnutrición y la obesidad.

El hipotálamo es la región donde se integra una compleja red de vías neuronales que regulan el hambre y la saciedad. Cuando se dañan experimentalmente los núcleos hipotalámicos ventromedial y paraventricular se originan hiperfagia y obesidad, en tanto que el daño del hipotálamo lateral produce anorexia severa y pérdida de peso corporal.

El núcleo hipotalámico ventromedial es el centro de la saciedad, en tanto que el centro hipotálamo lateral es considerado el del hambre. El sistema nervioso central (SNC) recibe información del estado energético en que se encuentra el organismo y en consecuencia envía señales hacia los diversos órganos y sistemas periféricos para lograr un balance energético óptimo a corto y a largo plazo.

Las múltiples señales que integran el sistema de regulación neuroendocrina de la alimentación se han agrupado con base a criterios tales como el sitio donde se originan, ya sea en el SNC o en órganos y tejidos periféricos, dividiéndolas en dos grandes grupos: señales centrales y señales periféricas.

Con base a la duración de su acción se clasifican en señales de corto plazo y de largo plazo. Así mismo, las señales moleculares pueden tener efectos orexígenos (hambre) que activan vías anabólicas, o bien efectos anorexígenos (saciedad) que activan vías catabólicas.

El sistema anabólico se encarga del mantenimiento o la ganancia de peso corporal a través de la estimulación de la ingestión de alimentos poniendo en marcha por un lado, los mecanismos que inducen el hambre (el deseo intrínseco de la ingestión de alimentos ó la necesidad de cualquier tipo de alimento) y el apetito (preferencia específica por algún alimento) y por otro lado, se activan los mecanismos que inhiben el gasto energético.

El sistema catabólico es el encargado del mantenimiento o de la pérdida de peso, a través de mecanismos que aumentan el gasto energético y disminuyen la ingesta alimenticia activando señales de llenado gastrointestinal y de saciedad. Los sistemas anabólico y catabólico funcionan concertadamente mediante una compleja red de comunicación, ya sea nerviosa (sináptica) y/o química (endocrina, paracrina y autocrina). A continuación se describen las principales características de los mecanismos de regulación del hambre y la saciedad, así como el origen y la función de los factores y las señales moleculares participantes.

MOTIVACIONES PARA LA ALIMENTACIÓN

MOTIVACIONES PARA LA ALIMENTACIÓN

Si nos planteamos la pregunta ¿para qué sentimos hambre?, las respuestas son: cubrir las necesidades de nutrimentos para sobrevivir, mantener la estructura y funciones celulares y proveer energía para realizar trabajo útil. Los mecanismos fisiológicos y moleculares de la ingestión de alimentos son muy complejos y aún no bien comprendidos. Ahora si nos preguntamos ¿cómo se genera la sensación de hambre?, la respuesta no es simple, y se puede analizar desde los siguientes puntos de vista: 

a) Psico-social y cultural: Los humanos a diferencia de otros seres vivos utilizan un reloj externo en la rutina diaria, incluyendo horario para dormir y comer, este tiempo externo dispara la sensación de hambre. Otros factores que influyen en la alimentación son la disponibilidad de alimentos, la oportunidad para ingerirlos y sus propiedades organolépticas como olor, sabor y textura. Las personas seleccionan sus alimentos con base a lo que han aprendido de las características de alimentos saludables o dañinos. 

b) Biológico: Se han postulado diversas teorías basadas en aspectos biológicos, encaminadas a explicar cómo es que se origina la sensación de hambre. Cannon y Washburn propusieron la “teoría de la contracción del estómago”, la cual postula que sentimos hambre cuando se contrae el estómago. La teoría se desechó debido a que personas sin estómago manifestaban la sensación de hambre. La teoría glucostática de Mayer postuló que la sensación de hambre inicia cuando el nivel sanguíneo de glucosa desciende ligeramente. La teoría de la insulina afirma que sentimos hambre cuando los niveles circulantes de insulina sufren un incremento súbito. La teoría lipostática de Kennedy postuló la existencia de receptores hipotalámicos que detectan elevación del nivel plasmático de ácidos grasos y en respuesta se desencadena la señal de hambre. El hipotálamo detecta la cantidad de grasa corporal, que de ser abundante genera señales de inhibición del hambre. La teoría de producción de calor propone que sentimos hambre cuando baja la temperatura corporal. 

En la última década se ha generado abundante información acerca de los mecanismos involucrados en la regulación de la ingestión de alimentos, se ha postulado la existencia de un sistema neuroendocrino regulador del hambre y la saciedad.

Los mecanismos que regulan la homeostasis y el balance energético en los organismos superiores incluyen señales moleculares centrales y periféricas, tales como hormonas gastrointestinales, citocinas, intermediarios metabólicos y nutrimentos.

REGULACIÓN ALIMENTICIA

REGULACIÓN ALIMENTICIA

Las conductas alimentarias están reguladas por mecanismos automáticos mediados por el sistema central. El individuo normal, en situaciones de no precariedad, presenta unas reacciones adaptadas a los estímulos de hambre y sed, con respuestas hacia la saciedad correctas. Desde hace tiempo se reconoce al hipotálamo como el lugar donde radican los centros del hambre y la saciedad, pero es a través de la corteza cerebral donde se establecen mecanismo mucho más complejos relacionados con la alimentación. 

Es indudable el valor de la alimentación en el desarrollo psicológico, ya desde el pecho materno el niño aprende sentimientos de seguridad, bienestar y afecto, la relación de la comida con estos sentimientos se mantendrá a lo largo de toda la vida. También los estados emocionales, como la ansiedad, la depresión o la alegría, influyen decisivamente en los procesos de la alimentación, pero esto no es todo, desde el alba de la humanidad el acto de comer ha sido un acto eminentemente social y cultural. La obesidad ha significado en otras épocas salud, riqueza y belleza. La delgadez fealdad, penuria y enfermedad, actualmente han invertido su significación social; estamos viviendo el rechazo de las personas con sobrepeso y potenciando un canon de belleza en competencia con nuestras característica étnicas.

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